Mil cosas podría decir de esta misión. Para mi un gran aprendizaje y una lección de vida. Personas tan diversas unidas por el altruismo y la capacidad de trabajo. Dejamos mucho y nos llevamos mucho más. ¡Que voy a deciros a los que lleváis tantas y tantas expediciones! Gracias a todos y en especial a ti Isabel por abrirme la puerta de la Fundación y a mis compañeros de quirófano, con los que compartimos tantas horas de trabajo, gracias por vuestro respeto y por la intensidad y alegría que me disteis en todo momento.
A todos os deseo lo mejor en la vida. Un fuerte abrazo. Hasta siempre.
Pepi Costa – Voluntaria de Campo
Lo hemos conseguido, hemos podido ayudar a 1.141 personas a recuperar la visión, pero sin duda el mejor sentimiento es que no hemos dejado a la 1.142 sin operarse. Trabajo hecho y a casa a seguir preparando la próxima, y la que viene después y así hasta que podamos.
Hace unos meses le decía a un voluntario, que de todo lo que hacemos, lo más fácil en una expedición es operar, pues sabemos que siempre llevamos a los mejores equipos quirúrgicos, cirujanos de primer nivel, excelentes enfermeras, grandes anestesistas y oftalmólogos que son increíbles. Lo difícil es todo lo demás, así que cuando nos ponemos a trabajar, nos gusta aprovechar nuestros recursos al máximo. No nos obsesionan los números, nos preocupan todas esas personas que cada vez que llegamos a un país tienen la esperanza de que les podremos operar, que esperan durante horas incluso días a que sea su turno y a los que no queremos defraudar.
El peor sentimiento es ver que no llegas al paciente 1.142 y le tienes que decir que si todo va bien y conseguimos el dinero para montar la próxima campaña, reunir al equipo médico, que no se pierda ninguna maleta , que la aduana del país no nos de problemas, que nada se haya estropeado por el camino, que nuestra socio en el país siga siendo el mismo, podremos operarlo el próximo año… Sin pensar todo lo que puede pasar en un año. Por todos estos síes condicionales, cada vez que tenemos la oportunidad de operar, no queremos perder ni un minuto. Para muchos es un número, pero para nosotros son vidas que cambiamos. Como la vida de Laura, o de Baltasar o de Doña Juana… Parte de esos 1.141 personas que confiaron en la Fundación Elena Barraquer para operarse de cataratas en El Salvador. Gracias por el cariño.
Y si, sacamos pecho del número que somos capaces de operar, nos sentimos orgullosos de nuestra capacidad quirúrgica y de cómo hemos mejorado y optimizado nuestra técnica en los últimos años. En esta última campaña han sido más de 1.000 cirugías y más de 15.000 en los últimos seis años, y queremos seguir sumando más. Mientras la gente nos necesite, repetiremos muchas veces #NoMasCataratas.
Enhorabuena a todos los que formasteis parte de esta última campaña, desde el proveedor que desvió un pedido para que nos llegase a nosotros a tiempo, la persona de facturación de Iberia que nos ayudó con el equipaje, al conductor que siempre fue puntual en nuestra recogida, la camera que nos servía la cena después de una jornada de trabajo, etc… y a el equipo de 22 voluntarios que sin conocerse se unieron con un único fin, devolver la visión al mayor número de personas.
Reto conseguido, más de 1.000 personas felices, pero sin duda los más felices nosotros.
Teté Ferreiro – Directora Fundación Elena Barraquer
Tuve el honor de participar en la expedición al Salvador, el 5 de mayo, con la Fundación Elena Barraquer. Me hacía mucha ilusión el poder tener una experiencia de este calibre, incluso, debo reconocer, que también, algo de respeto. Ahora, soy consciente del verdadero regalo que me ha hecho la Fundación. Han sido unos días de un trabajo muy intenso, pero era tal la motivación de todo el equipo, que esa intensidad se convertía en la ilusión de cumplir el reto programado. Ver la alegría con la que llegaban los pacientes, el trabajo en equipo, y el gran compartir entre todos nosotros, ha sido una experiencia para volver a repetir, en alguna otra expedición.
Nunca olvidaré los grandes abrazos que nos dimos todos los integrantes del equipo, al alcanzar el último paciente, la intervención de cataratas número 1141. ¡Impresionante, en cinco días intensivos de quirófano!.
Y sí deseo destacar que la ayuda de todo el equipo de la Fundación Elena Barraquer ha sido determinante antes, durante y después del viaje. Al ser la primera vez en hacer un viaje así, se vuelcan el doble con los novatos. Los veteranos, los que ya habían ido a otra expedición, iban el doble de tranquilos que yo. En mi próxima experiencia será un lujo poder disfrutar de esa “veteranía”desde el inicio.
Lola Curt – Voluntaria de Campo